La pandemia de COVID-19 ha desafiado a nuestro modelo social, económico, cultural, vital… El mundo tal y como lo teníamos cimentado ha temblado y se ha destruido en muchos aspectos, por lo que nos hemos visto obligados/as a buscar soluciones excepcionales.
A pesar de ser las primeras en verse afectadas por la pandemia (cancelación de eventos, festivales, reducción de los aforos, incluso cierre total en algunos momentos) las industrias creativas y culturales han desempeñado un papel fundamental durante la crisis. Transmitieron mensajes positivos, ideas que traspasaron las comunidades, los países; levantando el ánimo, acercándose a la gente (Museos como El Prado abrieron visitas guiadas online cada mañana). Su esfuerzo ha sido clave para la resiliencia mundial.
La capacidad de transformación y reinvención de las industrias creativas y culturales ha puesto en evidencia una vez más su valor en la innovación y construcción de un futuro distinto. Mientras el presente se iba destruyendo. Y es que tanto las personas creativas, como las instituciones y empresas culturales vieron sus actividades e ingresos drásticamente reducidos en las primeras semanas. La prolongación de la pandemia sumada a la incertidumbre enfatizó la situación crítica.
Nuestra respuesta
Idear e impulsar mecanismos de apoyo para resistir y reestructurarse se ha vuelto esencial para estas industrias, que no sólo necesitan sobrevivir, sino también seguir esparciendo sus aportes y capacidades en otros ámbitos de la sociedad. Ambas actividades seguirán siendo necesarias en la recuperación de mañana. Según informa la Comisión Europea, el brote de COVID-19 afecta negativamente las actividades en curso o planificadas en el marco del programa Erasmus + y, por tanto, los agentes responsables e implicados en el Proyecto Creo hemos priorizado la seguridad y protección de todas las personas participantes. Hemos ido modificando todos los procesos y adaptándose continuamente según las normativas y especificaciones de la Covid-19. Para ello, fue primordial mantener un canal de comunicación abierto con las personas participantes en el proyecto Creo. Lógicamente, los Eventos Multiplicadores con reuniones de más de 30 personas no pudieron realizarse y toda la presencialidad se vio abocada a grupos más reducidos e incluso en algunos casos, virtual.
Aplicando el pensamiento lateral (que es una forma específica de organizar los procesos de pensamiento que busca una solución mediante estrategias o algoritmos no ortodoxos, que normalmente serían ignorados por el pensamiento lógico) surgieron nuevas sinergias. El trato entre socios y participantes relacionándose a través de pantallas fue positivo y aumentó la inclusión y la participación en los debates. Esto nos hizo salir adelante más fuertes y mejor preparados para un futuro más tecnológico, en el que nuevas generaciones crean nuevos modelos comunicativos, nuevos modelos de negocios y de gestión, nuevas formas de creación digital y tecnológica. Un futuro que puede ser completamente diferente de nuestro presente actual y para el que la pandemia nos ha hecho estar preparados.